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Duende Flamenco / Desde Bruselas.

Viaje musical

Pequeño viaje musical de nuestro amigo del foro de Duende Falmenco El Olivo. Interesante e imaginativo,... sin desperdicio vamos.

La cosa está en que la música nació en España entre los siglos IX y X, por primera vez en la Historia de la Humanidad aquí se compusieron y cantaron canciones galanas, canciones quedonas, canciones agradables al oido y al espíritu. Coño, canciones.

Eso era en la España mora, pero en las Jarchas cantaron también en cristiano, o sea en aljamiado que era como ellos llamaban al español. Nuestros vecinos occitanos fliparon tanto que se pusieron manos a la obra y se hicieron trovadores, eso incluía algunos grandeshombres catalanoaragoneses pero la Iglesia no toleró aquellos excesos y fueron aniquilados a partir de su derrota en Muret (1213). Algunos trovadores pudieron escapar y encontraron refugio en la España cristiana, que tomó el relevo musical. Aquí no era novedad, en Galicia se habían desarrollado las Cantigas de Amigo y desde ya desde Almanzor existía el oficio de cantante pero nuestro mester de juglaría (oficio de cantante) estaba muy influido por las Cançons de Croada occitanas que dieron orígen a los Cantares de Gesta y se aprecia también gran influencia trovadoresca en estilos como Albadas, Planys (plañideras) o Marianas.
Desde la recopilación de las Cantigas en Loor de la Virgen María (en gallego) Castilla evolucionó mayormente el Canto con sus Romanceros y Cancioneros en castellano mientras que Aragón evolucionó mayormente el Toque (de vihuela se entiende) con obras magnas como el Llibre Vermell, en catalán. Las tonadas plebeyas se recopilaron con el nombre de Villancicos.

España extendió su música al Nuevo Mundo y con los nacientes estilos ultramarinos hizo la primera síntesis universal incorporando influencias africanas a su música euroasiática. La Canción española, con guitarristas como Gaspar Sanz y Santiago de Murcia fue la más apreciada del mundo, aunque desde Monteverdi la Canción española llegó a ser superada en prestigio por la Opera italiana y más tarde por la alemana pero Fernando Sor nos volvió a colocar en un lugar destacado de modo que algunos compositores clásicos vinieron aquí en busca de inspiración.

Con el nacimiento del Fonógrafo empezó una nueva era en el mundo de la canción, los cilindros de Edison entraron en liza con las placas discográficas de Berliner y en aquel periodo tan competitivo se recurrió a cantantes y estilos españoles para llevarse el gato al agua. El Mochuelo fue el lider indiscutible en cilindro y Chacón y La Niña de los Peines lo fueron en placa, más tarde llegó el boom del microsurco y aquella fue una batalla que la música anglosajona (dominadora ya del mercado discográfico) quiso ganar además para su lengua y para su cultura, intentando imponer en todo el mundo su música de baile y las canciones en inglés porque hasta entonces hasta Nat King Cole cantaba en español.

Sus rivales eran estilos de un carisma extraordinario: el Tango argentino (Carlos Gardel), el cante flamenco (Pepe Marchena), el bolero (Lucho Gatica), la Samba, el Fado,... y una oleada de Rumbas, Mambos y Chachachás procedente de las Antillas. El mundo anglosajón se empleó a fondo para combatir aquella avalancha de música de calidad para situar en su lugar lo que tenían: John Lee Hocker, Muddy Waters, Louis Armstrong, Elvis Presley, el country y los nuevos cuartetos ingleses.

Por más que se hiciera de Presley una operación propagandística superior a la del propio presidente y de que se edulcorara su música hasta el empalago, su calidad no era -ni mucho menos- suficiente, hacía falta una logística especial que deteriorara la música de la competencia. Machito se prestó a fusionar su música cubana con el jazz, Gardel murió joven, el Flamenco se hizo más localista y banal y los enemigos del cante Marchena lo tuvieron todo a su favor: Antologías, periodistas, peñas, concursos, todo florecía con tal que viniera a destruir el cante florido y virtuoso. Todo sucedió de forma tan condundente y fulminante que hoy día ni uno solo de los supuestos "entendidos" de este arte se atreve siquiera a nombrar a Pepe Marchena, La Perla, Vallejo y hasta un pobre ciega como la Niña de la Puebla fue objeto de persecución. Y fue así hasta tal punto que se habla de Flamenco como si nunca hubieran existido.

El Olivo

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